Las almendras dan vida a la horchatería
El horchatero de Poblenou ve esos almendros con flores pese al viento y pese al frío. Pasan de ello y a cambio devuelven salud, fortaleza, vida. Porque para saludable, la almendra; con sus flores entregadas al frío parecen cuidar el sueño de los demás árboles hasta que despierten, en primavera.
El horchatero está en La Nucía. Aspira el aroma del aire. Aire de infancia. Enero es el mes de volver a buscarse en ese paisaje de almendros y naranjos, a reconocer un acento que sólo mantiene cuando habla para sus adentros. Se interna por los caminos de piedra, y entre los árboles desiertos, le inquietan esas flores rosadas, lilas y blancas de los almendros. Junto a la ermita de Sant Vicent se detiene frente al pino carrasco que desde el siglo XIX insiste en su deseo de vivir y regalar sombra y alegría debajo de sus doce metros de altura. Allí, bajo su copa, se celebran las fiestas de Sant Vicente Ferrer, para nucieros y vecinos. Entre cascadas, barrancos, algarrobos, pinares y ermitas el anciano horchatero celebra la naturaleza y le agradece.

La Nucía
El almendro, de las montañas de Asia central (Persia, Mesopotamia), se cultivó y expandió a todas las civilizaciones primitivas, (5000 o 6000 años a. C.) Los griegos fueron fanáticos de las semillas y es probable que llegara a España en los barcos fenicios y los romanos ampliaron sus cultivos. España se ha convertido en la actualidad en el segundo país productor tras Estados Unidos de América.
El nombre almendra viene del término de origen semítico, concretamente sirio, “ha-migdala” que significa ‘árbol hermoso’, de ahí pasó al griego y en su latinización (amyndăla que por su parte es una variación de amygdăla) quedó como “amígdala”, la versión arabizada de dicha palabra, mandorla, da lugar a la actual, almendra.
En el medioevo se le llamaba la reina de las rosas, los sirvientes la incluían en los banquetes de los reyes para ayudar a su digestión y también a su indulgencia. También la almendra era parte de la dieta musulmana: donde no faltaban nueces, castañas e higos durante el invierno. La deidad protectora del almendro era la diosa fenicia Amigdala, que, como dijimos anteriormente, en sirio significa árbol hermoso.
En India, creen que es buena para el cerebro. En hebreo este árbol recibe el nombre de sequed, vigilante, atento, el que vela, porque está vigilante para ser el primero en dar sus flores en primavera. El árbol guardián. En la religión cristiana, heredera de la simbología hebrea, la almendra representa a Cristo, tal vez de allí su presencia en las fiestas navideñas.
Una vez, Abderramán III, el califa, vio muy triste a su esposa Zhara de origen granadino, porque echaba de menos las sierras nevadas de Granada. Su amor era tan grande que mandó construir la ciudad de Medinat al-Zahra donde se plantaron almendros en las faldas de las montañas de sus alrededores, para dar la sensación de nieve.
Una antigua leyenda cuenta que una de las hijas del famoso rey mitológico de Frigia, Midas, se murió de tristeza por la muerte de su amado marido y sobre el cadáver de la apenada mujer floreció un almendro, como renacimiento a la vida, de igual forma que tras el invierno florece ritualmente el almendro.
Las almendras y sus clases
Estuvo en todas partes y enamoró donde llegó: Tantos lugares la recibieron y tal su expansión que tiene variedades y nombres diferentes:
Marcona, la de mayor calidad, semilla redondeada.
Desmayo Largueta, de semilla alargada puntiaguda y algo plana.
Garrigues, su semilla es pequeña con alguna estría profunda.
Desmayo rojo, la semilla es alargada con punta compacta.
Guara, semilla bastante alargada.
Ferraduel, semilla elíptica, plana y ancha.
Atocha, de semilla elíptica de color crema.
Ayles, semilla acorazonada de alto rendimiento.
Cristomorto, semilla elipsoidal aplastada, con aparición de bastantes semillas dobles.
Ferragnès semilla alargada y abultada en el centro.
Moncayo, de semilla amigdaloide alargada.
Nonpareil, su semilla es elíptico redondeada.
Tuono, con semilla oblonga y apuntada en uno de sus extremos.
Pero más allá de los nombres y las leyendas las almendras son una poderosa fuente de nutrientes, antioxidantes, proveedoras principales de vitamina E, pueden controlar el azúcar en sangre, tienen un altísimo contenido de magnesio, ayudan a controlar la presión sanguínea, previenen la oxidación del colesterol LDL, reducen el hambre bajando el consume general de calorías, son muy efectivas para perder peso, son ricas en proteínas, contiene cantidades significativas de vitamina del grupo B, proveedoras de calcio.
El horchatero disfruta del cielo azul y del viento helado. Se sienta en lo alto del camino, entrecierra los ojos como si mirara lejos. Piensa en su esquina, la de Poblenou y en sus vecinos, así, como otras veces, su mente hace el camino inverso. Los almendros, en su esquina, se traducen en deliciosos turrones, y dentro de poco, en cremosos helados. En La Nucía, en cambio estallan estas flores desbordadas de blanco, como si fueran ángeles guardianes.