¿Qué dijo de Poblenou Xavier Mariscal?

Poblenou es un barrio con talento. El atardecer en la playa, la amistad entre vecinos, un pasado enorme, sus rincones y unos vecinos que le dan un carácter singular. Xavier Mariscal, y Cobi su hijo pródigo, aparecieron juntos en una foto para la revista New Yorker y así se refirió a la Playa de Poblenou

“Voy allí todas las mañanas para mirar las diferentes olas, los diferentes azules. Me encanta cómo los pinos se mueven con la brisa fresca, están contentos cerca del mar, sus sombras oscuras hacen un gran contraste con el brillo de la luz”. En la imagen,  se ve esa playa, esos pinos y ese mar. Y a él, subido a un pequeño montículo de hierba y al perro blanco que creó en el ‘87 y que nos trae los mejores recuerdos de los Juegos Olímpicos.Valenciano, y de Poblenou, su estudio está en la calle Pellaires, en un complejo fabril recuperado por él y un grupo de artistas. Este edificio fue diseñado originariamente por Ildefons Cerdá y el complejo Palo Alto, de quien hablamos, lo salvó de desaparecer.

El Cobi en el Palau Guell

Qué hace la silueta del Cobi, el perro olímpico de Barcelona ’92 en el Palau Güell, uno de los legados que el genial Gaudí dejó a su ciudad. ¿Estamos frente a un problema de paternidad? Porque nadie duda que el auténtico padre de Cobi es Xavier Mariscal, pero entonces, aquí hay algo raro. En 1984 el Palau Güell Naciones Unidas  fue declarado patrimonio de la humanidad , desde entonces recibió todo tipo de cuidados. En una de sus fases las chimeneas del tejado se revistieron con cerámica, vidrio y piedra con la técnica del trencadis. Algunas son policromadas y otras son revestidas con fragmentos de vajilla blanca. En 1992 se restauraron y al revestimiento original se lo cubrió con otra vajilla blanca. Y para dejar indicios de la fecha de restauración Cobi dejó su huella. Y también el símbolo de los juegos Olímpicos, para que no queden dudas que las Olimpíadas dejaron un antes y después en la Barcelona nuestra de cada día.

Cómo surgió Cobi?

Según su autor, se presentó a un concurso muy abierto, cuyas bases eran crear un objeto que enrollase. Alquien le dijo a Mariscal que debía ser el gos d’atura català, perro pastor catalan, para darle una identidad bien local. “La mascota ha de ser algo divertido, que agarre por el punto sentimental, pero que también se deba ver y reconocer en un golpe de vista. Ha de ser una figura que pueda ser representada en pequeña y mala imprenta, en grande, en volumen, y en miles de materiales”, según palabras del artista.

Lo que dijo de Mariscal Pascual Maragall

Con Maragall

“Los que disfrutan del parque de atracciones japonés diseñado por Javier Mariscal, o los que reconocieron, desde puntos alejados del planeta, la mascota de los Juegos Olímpicos de 1992 ignoran con toda seguridad la biografía de este valenciano, que a los veinte años se desplazó a Barcelona con un ideario alternativo después de haber crecido en una familia numerosa de once hermanos, apellidados Errando. En la capital catalana sólo lo hemos conocido como Javier Mariscal, pues dejó el apellido Errando en Valencia. La Barcelona del tardofranquismo que lo acogió le animó a estudiar Diseño Gráfico, a colaborar en revistas de cómic y a frecuentar ambientes artísticos. Mariscal es uno de los artistas que mejor se asocian a la identidad gráfica de Barcelona. Ya en 1979 produjo una obra que figura hoy en su selecta antología: la marca Bar-Cel-Ona, obtenida mediante divisiones silábicas. Después vinieron el Cobi y la Petra. Pero Mariscal ha seguido siempre contribuyendo a dar imagen a la ciudad. Javier Mariscal tuvo el acierto de montar su estudio en una antigua fábrica del Poblenou. Fue uno de los primeros artistas en instalar el estudio en lo que se bautizó como Palo Alto, en atención a la elevada chimenea que preside el conjunto arquitectónico y a las resonancias californianas del apelativo. Allí, una decena de ordenadores de pantallas multicolores diseñan revistas, dibujos, telas, bases… La soltura del trazo y la gran dosis de imaginación de que goza Mariscal conducen a un estilo singular e irrepetible-

Veinticinco años después del nacimiento de Cobi, el polifacético Xavi Mariscal sigue hablando de nuestro mar, el que fue reconocido por primera vez en tiempos olímpicos, cuando dejó de dar la espalda a la ciudad, y se decidió a formar parte activa de nuestras vidas.