En 1912, año de fundación de la horchatería, cuando el horchatero centenario se decidió a echar raíces en Barcelona, Beulah Henry obtuvo su primera patente de una máquina de hacer helados. De haber conocido el invento la de horas que se podría haber ahorrado en el eterno batir de los helados. Y de dolores, porque menea que te menea no es cosa buena.
El invento en cuestión incluía una cámara de congelar rodeada por una estructura aislante que permitía fabricar rápidamente con mínimo gasto de hielo. Además enfriaba agua. ¿Qué es un congelador de helado al vacío, te preguntarás? Es un dispositivo que le permite a uno hacer helado con hielo, sal, leche y azúcar, sin tener que hacer el helado manual. En una época en la que las mujeres solo registraban el 2% de las patentes, Beulah fue una precursora desconocida del gran público pero conocida en los medios especialistas. Como curiosidad y pese a residir durante muchos años en Nueva York, siempre vivió en habitaciones de hotel. Como ella misma decía la necesidad de inventar busca siempre ganar tiempo, espacio y libertad. También se le daba por decir que si la necesidad es la madre de la invención, entonces, el ingenio es el padre.
El horchatero centenario sabe que sus antepasados alicantinos hacían los helados con hielo y nieve naturales, que se guardaban en unos depósitos especiales por lo general en hoyos profundos excavados en el suelo y se mezclaban con zumo de fruta. En Europa se construyeron también grandes neveras en las que se almacenaba el hielo recogido durante el invierno, hasta que se descubrió una forma de fabricarlo. Los sabios árabes hacían durar el hielo con la sal, y en España las primeras heladerías traían el hielo desde Inglaterra o Estados Unidos en barras envueltas en aserrín. Las horchaterías fabricaban sus propios helados con agua helada proveniente de la nieve mezclada con zumo de frutas, un molde, y un palo dentro. El arquéologo Carlos Caballero nos dice: “una vez acabada la temporada de invierno y la recolección de nieve, había que redistribuirla hacia las neveras urbanas. Durante el traslado de la nieve se podía perder entre un 40 y un 50 por ciento de su peso original. Todo el trabajo penoso que se había realizado durante el invierno se traducía en la mitad del producto cuando llegaba a las neveras de distribución”
Mira si el invento de Behulah no ha sido revolucionario por donde lo mires.
La Señora Edison, así llamaron a la creadora del paraguas plegable con cubiertas intercambiables; de la máquina de hacer helados; de las muñecas que hablaban o movían los ojos; de la máquina de escribir capaz de sacar 4 copias de un mismo documento sin necesidad de emplear el papel carbón, entre otros de sus inventos. Beulah nació el 28 de septiembre de 1887 en Raleigh, Carolina del Norte. Beulah era descendiente de Patrick Henry («Give Me Liberty o Give Me Death») uno de los fundadores de Estados Unidos. Hija de artistas, Beulah pudo haber tenido una leve sinestesia, que es cuando la mente asigna atributos sensoriales a otros sentidos, por ejemplo, asociando colores a sonidos; esta condición se encuentra a menudo en personas inventivas o artísticas y tiende a darse en familias. Participó activamente en la Sociedad Audubon, la Liga para los Animales y el Museo de Historia Natural. Cuando se le preguntó una vez por qué era una inventora, ella respondió: «Invento porque no puedo evitarlo». En 1939, Nicholas Machine Works la contrató para trabajar como inventora con personal a cargo y laboratorio. Inventó mejoras en la máquina de negocios para máquinas de escribir (alineación de fuentes para máquinas de escribir automáticas, por ejemplo) y cajas registradoras, y consultoría para compañías como Mergenthaler Linotype. Henry también participó en innovaciones de máquinas de coser. Sus otros inventos también incluyen un paraguas que tiene cubiertas de tela desmontables e incluso vendió su invento a una compañía llamada Henry Umbrella and Parasol Company, donde se desempeñó como presidenta. La visión innovadora de Beulah y la seguridad en los negocios la llevaron a liderar como presidenta de otra compañía, la BL Henry Company de Nueva York en 1929. A lo largo de su vida, Beulah recibió 49 patentes de Estados Unidos y es responsable de más de 100 inventos. Sin formación técnica, pudo visualizar los dispositivos que deseaba
hacer y explicarlos a los ingenieros para materializarlos. En sus propias palabras, «no puedo decidir si es un inconveniente o una ventaja ser tan ignorante de la mecánica como soy, no sé nada de términos mecánicos y me temo que lo hago bastante difícil para los dibujantes a quien le explico mis ideas, pero en las fábricas donde me conocen, son extremadamente pacientes conmigo porque parecen tener mucha fe en mis invenciones «.
El horchatero en el Día Internacional de la Mujer esta vez incluye en su homenaje a las mujeres de la horchatería, de Poblenou, de Barcelona y el mundo y a esta mujer líder, inventora, creadora, valiente que ayudó a impulsar la producción de los helados. Puede resultar para muchos intrascendente, pero sin estos aportes geniales, todavía estaría la abuela Jerónima batiendo a mano los helados. De sólo recordarlo le duele la espalda.