
Taberna romana
La horchatería El Tío Che es más que centenaria, pero los lugares sociales, de encuentro informal, de caprichos y de sabores vienen de muy lejos. Las cauponae, así se llamaban, eran bares o tabernas, pero con vino y camas donde pernoctar. Recuérdese que entonces no había ni metro ni bicing ni moto, ni nada. Las cauponae eran bares donde se servía comida y bebida al paso, y a pie de calle los mostradores eran como nuestras barras, ni más ni menos. El mostrador tenía forma de L y la parte más corta daba a la calle como nuestras heladerías y horchaterías. En el mostrador había unos huecos y en cada uno de ellos un ánfora que contenía aceitunas y otros encurtidos. En un rincón de la taberna había un horno. En estos bares ofrecían comida rápida como quesos, embutidos y el infaltable vino. Como si vinieras a la horchatería, pero aquí sin vino, porque sabrás que somos del vermutito.
Pero, toma nota: ofrecían el horno a los vecinos con pocos recursos, y las camareras, con joyas hasta las pestañas, eran cortejadas por los clientes. En tiempos de reivindicaciones feministas, inclusión e igualdad esto es impensable. Sin embargo, el poder imperial perseguía a las cauponae y no quería que funcionaran como restaurantes porque era más decoroso comer en casa. Aunque algunos historiadores dicen que el poder evitaba los restaurantes porque allí se organizaban los librepensadores para cambiar el mundo.
Mira si era fuerte entre nosotros el amor a los baretos que hasta el día de hoy no podemos soltarlos. Qué sería de nuestras humanidades sin esos lugares de encuentro informal, de vidilla cotidiana, de corte del día entre el trabajo y la vuelta a casa, en la mayoría de los casos, a seguir haciendo.
Hacía el mediodía, la ciudad entera desprendía el olor de las cocinas, y ya veías las barras de los bares rebozantes de aperitivos.
La gente visitaba la taberna a la hora del almuerzo, si los menús eran copiosos se llamaban ientaculum y si eran ligeros prandium. Qué se servían? Te lo imaginas? La gustatio, que se trata de un surtido de aperitivos, nada menos que seis de ellos: Hipodrimma , pasta de queso con frutos secos, Moretum pasta de queso con ajos tiernos, Apua ova elixa anchoas con huevos duros, Arengas, arenques con miel.
Pero, ¿de dónde viene exactamente la palabra bar? Del inglés, que significa barra, y del latín. Algunos dicen que los bares se dividían por una barra que separaba la venta de las bebidas alcohólicas de los abstemios que iban a por su te Darjeeling. Y de esta barra viene su nombre.
En España la palabra bar y taberna son sinónimos, reconocidos por la RAE desde 1739. Pero es recién en el XX cuando aparecen las sidrerías y lagares, y los bares de la Latina, en Madrid.
La horchatería es un bar, pero también es una granja, aunque también un lugar donde se cuecen los caprichos, donde se encuentran lxs amigxs, donde los niños tienen su minuto de gloria, donde el barrio se pone de acuerdo, donde hay cariño, donde hay memoria, donde nos sentimos unidos como familia que somos.
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