El Tío Ché hoy

 

Habla de los sentimientos que te provoca tu pueblo y lo harás universal.

Siguiendo las palabras de un conocido cineasta japonés, me adentro en el sabor de las horchatas que me tomaba en la Rambla del Poblenou cuando era pequeño. Y lo hago para hablar de un negocio que este mes de junio cumple 100 años, aun habiendo tenido unos orígenes que, hoy por hoy, serían la risotada de cualquier inversor y hasta de algún que otro banco.

¿Me acompañas?

Estamos en la primavera de 1912, en el puerto de Barcelona. El barco que había de llevar a la familia Iborra Llorens a Argentina, recién llegada de La Nucía, tampoco zarpará ese día. Según lo miremos, podríamos estar viviendo en los decorados de aquella serie de TV3 que comenzaba un par de años más tarde pero, en este caso, la cosa es bien real: el barco se atrasó tanto que las chufas que la familia llevaba de Alicante empezaron a perder consistencia y a transformarse en horchata que, para ganarse la vida, empezó a vender por las calles que rodeaban el puerto de Barcelona.

Los inicios, pues, son tan inciertos como emprendedores, pero es que los 100 años de los Iborra están llenos de renacimientos. Y, de muestra, un botón que reproducimos íntegramente de la web de la familia pueblonovense.

“En la calle Wad-Ras, justo delante  de la Aliança Vella, una bomba destruyó dos bloques de edificios. En uno de los bajos se encontraba El Tío Ché. La bomba halló a la familia en la hora de la comida, perdieron tienda y casa.”

Cualquiera hubiera dejado el negocio, pero ellos lo restablecieron en su ubicación actual, en plena Rambla del Poblenou, donde siguen sirviendo horchatas con chufa de Alboraia y los nuevos pueblonovenses han sustituido la vieja clientela obrera y menestral de aquel Poblenou industrial que ahora es limpio y pulido y de fibra óptica!

Dos anécdotas de una ristra de trompazos de los que la horchatería ha renacido con empuje y mucho trabajo. ¿Quién habla de crisis con ejemplos tan notables?

Eso sí, ¿podrían aquellos primeros emigrantes vender hoy día su horchata por las calles del Born o serían perseguidos por la policía como tantos otros que hoy hacen lo mismo por nuestras plazas y calles?