Almendra, azúcar y miel. Sólo esto basta para hacer un buen turrón. Ya me dirás entonces, porque con algunos alucinas y con otros pasas una vergüenza salvaje con los invitados. Pero, querer un  buen turrón y que sea baratito es una conjunción inexistente, porque la calidad la da la almendra, que debe ser marcona, y estar presente en un 60 por ciento, (si  se pretende disfrutar de un turrón que haga salir lágrimas emocionadas)

También depende del tipo de miel, si usas miel de romero y azahares, milflores, o un jarabe, que de miel tenga bien poco. Los conocedores dicen que hay cuatro clases de turrones: según su composición y la cantidad de almendras, aunque es casi imposible que tenga más porcentaje de almendras que el 60% porque no se le podría dar forma debido al volumen y peso de los frutos. Las variedades son Suprema, Extra, Standard y versión Popular.

Así es como el turrón blando lleva  64% en la variedad suprema, 50% en la extra, 44% en la standard y 30% en su versión popular.

El turrón duro: Desde el 60% de su variedad suprema, 46% extra, 40% standard, y 34% popular.

Y los turrones varios son 45% suprema, 38% extra, 25% standard, y 9% popular.

El turrón duro, lleva aparte de las almendras clara de huevo. Aunque algunos lo sustituyen por jarabes de glucosa y emulgentes. Así va variando calidad y precio. La almendra marcona es decisiva en el sabor y el aceite que emana del producto, que está relacionado con su calidad. El turrón debe ser aceitoso, éste es el sello distintivo de su buena calidad. La marcona es un tipo de almendra dulce con menor cantidad de aceite que otras por lo que se presta para turrón o torta de Santiago. Normalmente aparece picada en este tipo de dulces pero también se utiliza entera en la elaboración de algunos tipos de chocolate y en la riquísima almendra garrapiñada. El turrón no dará el mismo sabor si se usan almendras crudas o tostadas. O almendras de otra procedencia, y de calidad inferior. El turrón blando debe llevar textura, no pueden faltar los pequeños tropezones de almendra, El turrón debe estar recién hecho. Aunque se puede consumir en los 8 meses posteriores a su fabricación. Cuando un turrón blando de almendras es bueno, expulsa el aceite, la superficie es muy aceitosa. Y el turrón duro, recién hecho es crujiente.El turrón es más saludable que otros dulces. El turrón artesano, con buena materia prima natural, no incluye aditivos ni químicos.  Pero no hay turrón artesano que valga sin un buen maestro turronero, él pondrá el arte de combinar sabores, aromas, y texturas en las cantidades apropiadas. Un maestro turronero dará el toque que nos hace recordar un turrón memorable, y atravesar por él mares y montañas, porque de turrones comunes no están hechas las fiestas. ¿O acaso el turrón no es el broche de oro que viste las fiestas?