¿Y qué piensan los vecinos de la horchatería de Poblenou del comercio de proximidad? El horchatero centenario de Poblenou sin moverse de su esquina dejó correr esta pregunta entre los amigos que estaban en la cola, en las mesas, a quienes pasaban por la horchatería.
Sus oídos agradecían las palabras, preguntó a gente cercana si oía bien, porque cuando se tiene más de un siglo a veces a la máquina se le da por chafarse. Pero no, estas fueron las respuestas y ¡que viva el barrio!: ”-El comercio minorista tiene más encanto que una gran superficie”.
Una señora mayor con su helado de chocolate y pistaccio dice la suya: -No tienes que ir lejos, si compras en el barrio no favoreces a las grandes cadenas, proteges el comercio local y así crecemos todos. Mantiene el barrio su esencia, permites que la gente se gane la vida, sin tener que emplearse para otros y salir de tu lugar. Lo triste es que desaparecen las tiendas antiguas”.
Algunos son más prácticos: -Yo compro en el barrio, soy del barrio, voy a lo más cerca, pero también miro precios, y donde más me convenga hago la compra. O – Soy jubilada, compro donde sea más barato.
Un vecino dice que es bueno comprar en el barrio, si tienes que reclamar, es mejor con tus vecinos , y además se trata de favorecer al barrio, si gastas diez euros, mejor que queden en tu barrio. Te conocen, te solucionan lo que pides, es muy importante.
Y viendo la vidilla que tiene Poblenou, especialmente por las tardes, y en este preciso momento, le das la razón a esta vecina: – Si existe el comercio de cercanía el barrio mejora, la gente se gana la vida, en las grandes superficies eres un número, en el barrio no, pero me gustaría que hubiese más variedad. Las grandes superficies han hecho mucho daño al comercio pequeñito. Pero los pequeños tienen que esforzarse y dar de sí todo lo mejor.
Otra vecina no opina igual en cuanto a la variedad: – Encuentro casi todo lo que busco, hay tiendas muy variadas, con mucho género y modernas.
Entre sorbos de horchata una iaia con un pequeño nieto con bigotes de helado, dice: – Me gusta la vida del barrio, ganamos todos comprando aquí, mas tiendas tendría que haber, más ropa, más zapatos, porque esto da vida al barrio. Mira toda la gente que hay en la calle, este barrio está vivo!
Algunos vecinos dicen que las tiendas de barrio tienen cara y ojos, puedes reclamar, siempre serás escuchado. Y otros creen que comprar en el barrio asegura el futuro de la ciudad: – Es importante ayudar a tu barrio, todos se benefician, los comerciantes, los vecinos, y el futuro de Barcelona, las grandes superficies no tienen interés por los barrios, sólo buscan su beneficio.
Llega una chica con su perro: – La mayoría del barrio son vecinos, nos ayudamos entre todos, se benefician los comerciantes, y nosotros. Conoces a todo el mundo, te atienden con cariño, son amigos, no gente que sólo espera que te lleves la compra. Tus hijos van al mismo colegio que los hijos de los “botiguers”.
Una vecina amiga cree que el comercio de proximidad ayuda al barrio, atrae a más personas, la gente quiere venir a vivir aquí, se valorizan las viviendas, hay prosperidad. Y un chico que está en la cola, esperando su helado piensa que así como está el barrio se lo siente luminoso, somos vecinos amigos, nos ayudamos entre todos. Especialmente en una crisis como la que vivimos, hay que hacer piña, ¡hacer barrio!Y es verdad, qué ambiente hay en Poblenou, cuánto movimiento, si no es alegría esto se le parece mucho. Y cuando alguien dice cosas como éstas, el Tío Ché salta hasta el cielo: -Desde luego que hay que comprar en el barrio y trabajar por él, soy del barrio desde que he nacido, compro todo aquí, conozco a la gente, cuando un comercio lleva mucho tiempo en el barrio es por algo… debiéramos estar orgullosos de Poblenou, quiero que siga como está y se mantenga siempre como está. Si somos fieles al barrio se mantendrá su espíritu, la convivencia, las redes vecinales, la confianza.
Su pareja agrega que el barrio tiene de todo, está muy bonito Poblenou. Compro en el barrio para generar economía, y no haya que migrar e ir a comprar a las grandes superficies. Es bueno comprar en el barrio. Se trata de que el barrio perdure, y comprar aquí tiene valores positivos. Crece la cultura barrial, cuando ves cómo estamos todos para las fiestas del barrio, para las actividades… hay pocos barrios así…
El anciano horchatero comenta para sí: -Además tiene una rambla, no circulan los coches, hay peatonales, los comercios son amigos, el panadero pregunta por los hijos, la pastissera desea bon nadal, la pescatera recomienda recetas, esto se llama comercio sostenible, esto es el barrio del futuro. El barrio con sus bares, sus hoteles, sus tiendas, restaurantes, gimnasios, heladerías, tintorerías, lavanderías, librerías, todos estos comercios sostienen, junto a los vecinos y turistas, el movimiento del barrio, si se fueran los vecinos de Poblenou no tendrían estos puntos de encuentro, mira la vida que hay aquí, si este barrio late!
Una vecina lo escuchó, y agrega que comercio de proximidad son las tiendas que han aguantado todas las crisis, y los vecinos que han decidido seguir apoyándolos a pesar de todo, porque han visto su valentía. Y una conocida periodista que estaba por aquí, y que es una enamorada de estas ramblas y de este barrio, dijo que es la mejor vacuna contra los barrios fantasmas. Y sigue:- El comercio de proximidad es la ciudad que queremos, comercios pequeños, cercanos, amables, reconocidos y hospitalarios.
Pues sí.