Proceso del secado de la chufa

Proceso del secado de la chufa. Alboraya 1960

Hace frío de febrero  y el horchatero centenario como toda la vida se va a las fuentes. Las suyas están en Alboraya, la patria de las chufas.

Después de la cosecha  viene el secado de los tubérculos y a él le maravilla ver esos diminutos y tímidos frutos esperando que el aire se lleve casi toda sus gotas de agua. La horchata las quiere secas, limpias y de las mejores.

A El Tío Che le gusta lo que hace, es parte de ese mundo de huertas y campos en reposo, de centenarias barracas bordeadas por acequias  que desafían cualquier intento de modernidad, de las zigzagueantes aguas del Turia que bañan las tierras arenosas.

Secado de la chufa

Secado de la chufa

Al horchatero centenario de Poblenou le gusta recibir al fruto recién nacido. Le agrada imaginarlo ya en su obrador convertido en esas refrescantes y espumosas horchatas del mes de marzo. Y le apetece escuchar, de primera mano, los detalles de la siembra , y los relatos de los recolectores, preguntar a la gente de los secaderos, y ver qué se traen los horchateros. Y cuando nadie lo ve, en palabras pequeñas explica a algún niño de los colegios que van a visitar los depósitos de secado algo que se olvidó el  guía. Es que a sus años, y sin pecar de soberbia, de la chufa ya se sabe casi todo.

Pero lo que más le gusta es ver la selección final, cuando quedan las mejores chufas, las de buena cuna, las de las horchatas magistrales, las que consiguen aplausos. Este es un mérito de la Denominación de Origen,  que está presente en todos los procesos:  la plantación, el lavado, secado y selección final, donde no puede quedar ni una brizna, ni una mínima piedra del terreno.  Sólo  así  cada chufa podrá  ser la mejor embajadora de la región y dará brillo a cada vaso de horchata.

Queridos amigos y queridas amigas, desde el día 3 de febrero hasta el 26 de febrero de 2014 la horchatería El Tío Che permanecerá cerrada. ¡Nos vemos pronto!