Es la mañana. Estamos en el este de África, en
una región verde de Somalia, hace dos millones de años. Un

Un millón de años comiendo chufas
Paranthropus boisei, habitante natural de la región, se acerca torpemente a la plantación de chufa, esto de aprender a caminar erguido toma su tiempo, de donde recogerá los frutos para él y su familia. Su naturaleza es sabia, su intuición, su mejor consejera. Sino cómo haría para sobrevivir con chufas, su platillo principal durante sus más de un millón de años de existencia. La revista científica Plos One, revela una noticia que hace feliz a
horchateros,
fans de la horchata y ya se lo estarán pensando los indecisos: Refiere que el análisis de la dentadura del Paranthropus boisei, el
hombre cascanueces prehistórico se alimentaba en gran medida de bulbos de
chufa, abundantes en esa región y muy ricos en almidón. A este manjar base agregaría pequeños insectos y gusanos. “La dieta es esencialmente la misma que la de los monos babuinos, basada preferentemente en
bulbos de chufa de la especie Cyperus esculentus”, indica la investigadora Gabriele Macho, autora del estudio y actual investigadora de la Universidad de Oxford, y con anterioridad del Instituto Catalan de Paleontología Miquel Crusafont. La comparación realizada por la investigadora entre babuinos y los restos fósiles dentales del hombre cascanueces, indica que este homínido habría tenido altas cantidades de minerales, vitaminas y ácidos grasos especialmente importantes para el desarrollo de su cerebro gracias a la
chufa. “Nuestra investigación señala que estos homínidos fueron selectivos con las hierbas que comían”, asegura Gabriele Macho. “Los
Paranthropus boisei fueron capaces de sobrevivir con
chufas más de un millón años gracias a que pudieron

Orgullo de horchatero
alimentarse con éxito y facilidad, incluso a través de los períodos de cambio climático”, recalca la investigadora a Sinc, medio de investigación científica. Según cálculos expertos un homínido podría obtener suficientes nutrientes para una dieta a base de chufa, unas 2.000 calorías al día, en un lapso de dos o tres horas. “Lo más emocionante de este descubrimiento es que, por primera vez, podemos explicar todos los aspectos de la morfología de estos ejemplares: la robusta estructura dentocraneal debido a la masticación repetitiva y el espesor del esmalte por la abrasión de los almidones”, explicó a Sinc Los científicos compararon las conductas de los babuinos, primos hermanos del hombre cascanueces, en el parque Amboseli de Kenia. Gabriele Macho identificó el proceso de selección que los babuinos llevaban a cabo con respecto a los alimentos. Y a su vez, explica que la chufa tiene propiedades fisicoquímicas que explican la forma dental del hombre cascanueces. Para digerir las chufas y permitir que las enzimas de la saliva descompusieran los almidones de estos tubérculos, los homínidos tendrían que masticar el alimento durante mucho tiempo. El proceso aumentaba la presión sobre las mandíbulas y los dientes, lo cual determina la forma del cráneo, según los investigadores. Una reciente investigación afirmaba que el
Paranthropus boisei comía pastos y juncos, aunque existen dudas sobre si estos vegetales, ricos en fibra, serían de una calidad suficiente para un homínido de tamaño mediano y cerebro grande como el cascanueces. No hay dudas, los
fans de la chufa se remontan a tiempos arcaicos, esto explica porque la
horchata genera tanta pasión. ¿Será que nos gusta tanto la
horchata porque guardamos en nuestra memoria ancestral el sabor y los valores nutritivos de esta bebida generosa que dio tanta vida a lo largo de los tiempos? O será más simple, la horchata gusta porque gusta, es rica y no hay más.
Referencia bibliográfica Europa Press Sinc Tendencias 21 www.solociencia.com
www.ivoox.com www.misteriosdelaciencia.org