¿Por qué la gente se besa en Año Nuevo? En Europa los besicos son prudentes, yo te reconozco tu me reconoces y te deseo un feliz año nuevo, y que siga la fiesta y vamos a llenarnos de polvorones y buenos propósitos. Parece que la costumbre de los dos besos de rutina de nuestros días para el Año Nuevo, viene de los romanos, que a finales de diciembre se les daba por celebrar la Saturnalia. Para hacerla corta era una maratón de alcohol, festines y sexo grupal. ¿Qué me dices de nuestros antepasados? Saturnalia se originó como una celebración de los granjeros a las cosechas de otoño entre el 17 y el 23 de diciembre, como una Navidad, pero con morbo y prácticas políticamente incorrectas, Catulo, el poeta romano decía que era el mejor de los días: comida, bebidas y excesos de todo tipo. Fiesta decadente como pocas, fue representada por los artistas de la época. Saturno era un dios que reinó sobre el mundo en tiempos en que todos las personas eran iguales, no había diferencias sociales y todos compartían los frutos de la tierra, producidos por el trabajo común. Saturno enseñó a cultivar la tierra, por lo que se le adoraba como el dios protector de la siembra.

Los ingleses  y germánicos, de principios más austeros se conformaban con besar sólo a la persona amada, para que esos besos no falten en todo el año. Esto del beso robado es cosa seria, en Europa en los bailes de enmascarados, que representaban al mal, había que besar a quien tuvieras al lado, como medicina, nada de oscuros fines, ese beso te sacaba los malos rollos del cuerpo y del alma. Casi como besar al sapo para que se vuelva príncipe.Los vikingos escoceses eran más salvajes, se trataba de besar a todo, toda,  lo que se te atravesara en tu camino, amigos, conocidos, desconocidos o enemigos. A besar que se acaba el mundo, a besar. Pero recuerda que hay denuncias por acoso y que debemos respetarnos y cuidarnos. (Sólo con consentimiento de las partes)

Pero si andas padeciendo escasez de besos, que suele pasar especialmente en estas fiestas,  coge el avión y vete a Times Square, fíjate, a ver si encuentras un last minute, y te vas a al cruce de Broadway, la séptima avenida y la calle 42. Allí hay besos para ponerse morao.  En ese mismo lugar está el NewYork Times, de ahí su nombre. Porque en ese país, y en esa esquina, creen que si no dan un beso después que suene la última campana padecerán de síndrome de abstinencia hasta el próximo año. El Washington Times hizo un estudio donde concluyó que dos tercios de la población esperan poder dar un beso en Año Nuevo, y que sólo un 10% no tiene expectativas. Mira que no querer un besico… De las encuestas el 69% dijo que duraría su beso unos segundos, el 11% de un minuto a dos. Y nunca faltan los ambiciosos, los desenfrenaos, esa minoría que no se anda con pequeñeces,  ese 6% restante que  preferiría que ese beso durara hasta la mañana siguiente. Ya ves, unos son expeditivos, y otros ¡tela! Esta costumbre la inició el director del periódico en la Nochevieja de 1907. Desde ese año , menos en 1942 y 1943, cuando en la segunda Guerra mundial se reemplazaron besos por un minuto de silencio, después de las campanadas. El resto de los años se sube una bola gigantesca iluminada durante la tarde, y un minuto antes de las doce comienza a bajar. Y se enciende un cartel con el número del año y millones de papeles con deseos de gente de todo el mundo. Tu puedes hacer el tuyo y lo envías por internet. Ellos, la gente del diario lo imprimirá. Nosotros pedimos que haya paz, respeto, armonía, bienestar y tolerancia. Puestos a pedir…Pero esto no acaba aquí, si has estado lejos de tu pareja y quieres reencontarte, hay una plataforma de besos ¿No es una monada? Para que te des el gusto en vida y que el mundo te vea. Esto no es caprichoso, sino un homenaje a el mítico beso de Times Square que fue lo que puso fin a la guerra.

Besaos los unos a los otros, amaos, y sed felices, familia. También atragantaos con uvas, como cada año. Y la lencería roja. Todo suma. Lo importante es que nuestra casa, nuestro barrio, nuestra ciudad, nuestro país, nuestro pequeño mundo se ame, pero no sólo con efímeros besos de Nochevieja, sino con un amor que nos haga cuidarnos los unos a los otros con generosidad y entrega. Como nos los merecemos.

Palabra de Anciano Horchatero de Poblenou.

Feliz 2019.