El anciano horchatero se divierte. Imagina la cara de estupor de los vecinos de la Barceloneta, donde él tuvo su primera horchatería, cuando vieron entrar al mar a una suerte de ballena, pez raro, indescifrable. Y qué decir cuando, más tarde, la vieron salir como si nada. El Ictíneo, primer buque submarino, navegó por el fondo del mar, en aguas de Barcelona y Alicante en 1860, 1861 y 1862, fue esta misteriosa ballena que el día 23 de septiembre en el Puerto de Barcelona, con una duración de 2 horas y 20 minutos alcanzó los 20 metros de profundidad, frente al asombro de todos los curiosos que no entendían de qué iba.
Quién era Narcis Monturiol?

Ictíneo, el extraño pez
De 1919, no pudo resistirse a las ideas que Etienne Cabet publicó en su relato Viaje a Icaria. Monturiol, el escritor de Poblenou Xavier Benguerel, Abdó Terrades, el médico y político Francesc Sunyer y Capdevila y el también político, poeta y compositor Josep Anselm Clavé dieron su apoyo. Cabet quería un mundo igualitario, de fraternidad y justicia social donde había igualdad de sexos, de oportunidades y de salarios. El mismo Cerdá, influido por sus ideas, artífice del plan de reforma y ensanche de Barcelona y hombre de ideas progresistas, se refirió a Poblenou como Icaria, en clara alusión a la ciudad ideal imaginada por Cabet. Icaria fue la utopía de esta gente sensible que veía con dolor la vida de las mujeres, los hombres y los niños en las fábricas de las que tanto se ha dicho a lo largo de dos siglos. Este grupo de catalanes influidos por Cabet, crearon una revista Fraternidad y es evidente que la avenida Icaria tiene su nombre de la imaginaria isla donde la libertad y las utopías satisfacen los sueños de estos jóvenes que querían cambiarlo todo. El Viaje a Icaria fue uno de los libros más traducidos y reeditados porque fascinó a miles y miles de personas, que adherían a las ideas de Cabet. Narcis Monturiol fue un enardecido militante pacífico de las ideas cabetianas y por sus escritos en La Fraternidad y otros emprendimientos periodísticos debió huir varias veces de Barcelona.
Crowdfounding en 1857
En una de estas fugas, en Cadaqués, donde quería vivir de la pintura, un día en la playa tuvo su momento de inspiración al contemplar la dura tarea de los pescadores de coral y se decidió a construir un submarino; en sus palabras, un barco-pez. A partir de esta inspiración puede dar rienda suelta a su espíritu inventor y su vocación de ayudar a los demás. Ni técnico ni científico aunque estudiaba por su cuenta física, ciencias naturales, hidrostática, él quería que su Ictíneo rescatara náufragos y pescadores de coral, y ayudara a la exploración científica. Monturiol se convirtió en impulsor de esta idea, hizo una sociedad en la que recaudó 2.000 duros para la construcción de un prototipo (1857).Es sorprendente porque en su segundo intento, dado el desinterés oficial, la comunidad volvió a apoyarlo, siendo precursor del crowdfounding. Como sus tentativas de que el gobierno le diera dinero por su invento no resultaron por “no tener utilidad práctica”, recurrió a una colecta particular. Monturiol escribió una carta a la ciudadanía, animando a una suscripción nacional, con la que consiguió 300.000 pesetas de los ciudadanos españoles. Con el capital formó la empresa La Navegación Submarina para hacer su Ictíneo 2.
Según vemos en Wikipedia, el hombre no se quedaba quieto: Inventó también
una máquina para hacer cartapacios, una para hacer cigarrillos , piensos para conejos hechos con madera de sauce, la fabricación de jabón en frío; cola líquida para madera, suelas de zapatos sintéticas, un proyecto de un tranvía funicular para Tarragona, un proyecto para llevar a Barcelona las aguas del Ter, un receptor giratorio de vapor, y un sistema de conservación de carnes, entre otras.
Narcis Monturiol nos dejó en 1885, arruinado y completamente olvidado en San Martin de Provensals, donde los cabetianos fundaron su comunidad. Enterrado en el Cementerio Este de Barcelona, su epitafio reza: Aquí yace D. Narciso Monturiol, inventor del Ictíneo, primer buque submarino, en el cual navegó por el fondo del mar en aguas de Barcelona y Alicante en 1859, 1860, 1861 y 1862.
Al anciano horchatero le atrae la gente que sabe ir tras sus sueños, contra viento y marea, dice que cuando tienes una idea, y eres persistente en recordarla, ella te empuja a ti.