En la horchatería El Tío Che nos agrada tanto el otoño y estar entre chocolates, frutos secos y miel  que se nos ocurrió saber sobre el valor de nuestra materia prima. Quisimos conocer sobre las nueces, los pistachos, castañas, anacardos, avellanas, piñones y almendras, la fuente de nuestras criaturas, los turrones y como dicen que somos lo que comemos investigamos para compartirlo. Así nos enteramos que los nogales provienen de Armenia y el Cáucaso. Aunque hoy se aclimatan en cualquier zona templada. Antiguamente se asociaba su fruto a la cabeza humana donde la cáscara es el cráneo y el fruto el cerebro. La nuez es rica en vitamina E y por contener grasas insaturadas es ideal para bajar el colesterol. Son anti- trombóticas, reducen la hipertensión arterial, colaboran con el buen funcionamiento del cerebro.

¿Y las castañas? Son del sur de Europa. ¿Y qué sería de nosotros sin ellas en la víspera de Todos los Santos?  A propósito, ¿Qué tal la castanyada 2012? Es un fruto otoñal, indicado para fortalecer nuestras defensas, rico en magnesio, fósforo y potasio, previene la hipertensión y el nerviosismo y la ansiedad, se puede hervir, tostar, cocinar al vapor, hornear o asar. Como postre es una delicia con miel, chocolate, en crêpes, glaseados en almíbar.

El fruto seco con más contenido en ácido oleico es la avellana. Mejora la salud vascular por ser muy rico en vitamina E y es ideal para bajar el colesterol. La alta dosis de vitamina E contribuye a mejorar la piel, a mantenerla viva y sana. Al igual que los piñones, que no solo reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares al reducir el colesterol y triglicéridos, sino que también mejoran el funcionamiento del sistema nervioso. Y para quienes sufren de osteoporosis el piñón es de gran ayuda.

Las almendras tiene propiedades valoradas para el control de la diabetes. Contienen un veinte por ciento de proteínas y poca cantidad de carbohidratos. Son muy energéticas y una de las fuentes no animales más ricas en fibras. Previenen las enfermedades cardiovasculares y son la estrella de la dieta mediterránea.  Pero si nos hace falta hierro, cinc y fósforo quienes saben recomiendan el anacardo, ideal para el sistema cardiovascular, nervioso y reproductor. Son ricos en vitamina B1 que aporta vitalidad en las depresiones. Es rico en proteínas, con gran cantidad de arginina y contiene buena proporción de esteroles vegetales que contribuyen a reducir la absorción de colesterol.

¿Y del pistacho que sabemos? Nace del pistachero, un árbol originario de Asia Central y menor, un árbol que puede alcanzar los siete metros de altura. Es riquísimo en fósforo y potasio, y también en vitaminas A y E, por tanto se recomienda para mejorar el rendimiento intelectual, y para la prevención del envejecimiento.

Ahora ya sabemos que los turrones musas y estrellas de  nuestros otoños y celebraciones de fin de año, tienen mucho para dar, no sólo son gratos en su sabor sino agradecidos en reforzar nuestra salud. Y esto tiene valor.