El horchatero centenario de Poblenou es fan de La Vibria y nadie le quita  de la cabeza que es buena, de toda bondad. Se resiste a aceptar que se hizo buena por ocurrencia de la Colla del Drac, y puesta en obra por Manel Ollé y Xavier Virgós,  tan buena que hasta los niños de Poblenou se desprenden de sus chupetes para que ella los lleve a los nanos pequeños, pero pequeños de verdad. Porque a los dos años para todo eres nano, pero para dejar el chupete eres grande. Pero volviendo a la leyenda la Vibria de buena no tiene nada, mal que le pese al horchatero de la rotonda de Poblenou.

Y así desde los orígenes, según el libro El Fisiólogo del siglo IV de Alejandría, de donde sale toda la colla de bestias que van a recorrer Europa durante la Alta y la Baja Edad media. Los bestiarios en la literatura medieval, son una colección de fábulas referentes a animales reales o quiméricos y El Fisiólogo es un breve libro que trata sobre los animales y piedras, su descripción y particularidades; En muchas ocasiones se les atribuyen propiedades fantásticas, significados simbólicos o moralizantes, o comparaciones cristianas. También en el Bestiario de Berna del s. VIII aparece una pareja de vibrias, femenina y masculina.  A partir de aquí aparecen variedades de Vibrias de diferentes estilos. En el románico la Vibria también viene en pareja:  el macho con cara de hombre barbudo y la hembra con cara de mujer que pare dos pequeñas víboras.

La Vibria de Barcelona que aparece en siglo XVIII se encuentra en diversos lugares del sur de Europa. En Albi, Occitania, en Toscana, en Volterra, en piezas de mármol encargadas por el emperador austríaco Maximiliano para ser enviadas a su palacio de México. En cuanto a nuestra Vibria de Barcelona desde 1399 según aparece en el libro de las Solemnidades, es representada de varias maneras y los nombres son diversos: Lo Vibre, Brivia, Vibra, Vibria, según recoge R. Alos Moner. Estas representaciones explican el papel de fiera cuando se quiere escenificar la leyenda de Sant Jordi. La Vibria, ya os lo dijimos, no es muy buena, y representa  la infidelidad, porque en esos tiempos no existía el poliamor, al menos de modo oficial,  y según la leyenda de Cova del Drac de Sant Llorenç,  ha sido un regalo malvado que han dejado los moros al ser expulsados de Catalunya. Esta figura se incorpora en la procesión de Corpus, y en Sant Jordi es malo y no mala, por que fue el santo quien mató al dragón, según nos dice la leyenda.

En el siglo XIV el rey Pere el Ceremonioso incorpora la Vibria o Drac a su heráldica. En la actualidad se ha adoptado como escudo de la Generalitat Valenciana. La de Poblenou no es la única Vibria, hay 13 en Catalunya aunque para nosotros, sin duda, es la más estimada:

  • La Víbria Serrallenca de Viarragona es una bestia híbrida formada con diversas partes de animales y cuerpo de mujer. La cabeza y las patas son de águila, el vientre y el torso de una mujer desnuda y las alas son una mezcla de alas de murciélago y águila y el águila tiene cola de dragón.

  • Víbria de Barcelona: La Víbria de Barcelona es una figura mitológica medieval que representa un malvado dragón hembra, con cola de serpiente, alas de murciélago y pechos de mujer.
  • Víbria de Igualada: Tiene cabeza y cuerpo de dragón, cola de serpiente y pechos femeninos.
  • La Víbria de Reus tiene el cuerpo recubierto de escamas verdes, y unos pechos pequeños, pero su cuello arqueado es enorme, su boca feroz y sus patas largas, muy largas.
  • Víbria Trempada de Badalona, de dimensiones gigantes la bestia es de colores y lleva una cresta prominente que será la pareja de Trempat, el dragón.

Pero sin dudas la feminista, la Vibria Dragona de Sant Llorenc de Munt, según la leyenda de Egara,  se lleva cuatro pueblos en su estado de conciencia de género, y esto no os podéis perder:

“ Que manía que han tenido siempre los egarencos. Están obsecados en decir que yo soy un Dragón, cuando he sido siempre, desde hace miles de años una Dragona. La Dragona de la Gran Montaña y no me llaméis, por favor, con este nombre despectivo: Vibria, que en castellano quiere decir víbora o sierpe.  I no me ofendas porque sea mujer, para nada inferior a los dragones. Decidme Dragona, nunca Vibria, Eso es lo que soy: la Dragona. Desde tiempos inmemoriales, he sido una sombre fugitiva, a veces alguno me ha vista cerca de la montaña o sobrevolando el valle, otros han soñado conmigo en las noches oscuras. Evidentemente no me van a traer los musulmanes desde el Africa, ni el conde Guifré y mucho menos el conde Ramón Borrell. Tampoco me como las bestias de los pageses ni he devorado o quemado a ninguna persona. Son cuentos para espantar a los niños. La verdad es otra y lo repito:  Yo soy una dragona y pertenezco a una raza inmortal y no represento ni el mal ni el bien. Quien no lo entienda lo entenderá.  Quien sepa abrirse a los espíritus de las montañas y los bosques, con el corazón puro y la mente clara, comprenderá de dónde vengo y se dará cuenta que yo seguiré aquí, incluso cuando vosotros ya no estés. He estado siempre y seguiré hasta el fin de los tiempos».

El horchatero centenario se queda en silencio. Ni una palabra que agregar.