Gofrera del Neolítico

Gofrera del Neolítico

En la horchatería de Poblenou sólo hay sabores clásicos. Uno de ellos es el gofre, una verdadera leyenda. Tiene sus orígenes, se supone en el neolítico, en ese tiempo ya cocinaban las tortas de cereales sobre piedra caliente. En Grecia utilizaban dos placas de hierro para hacer pasteles. Y en la Edad Media las hostias (gofres) eran ofrendas religiosas y luego se consumían. Eran redondas y llevaban escudos, grabados en las planchas. Los  monasterios horneaban las obleas y luego se consagraban. Eran uno de los pocos alimentos que se podían ingerir durante los ayunos. Las panaderías  adoptaron las obleas, pero eran más grandes y elegantes, con diseños en la parte superior. En el medioevo el wafel alemán se convirtió en gaufre, luego gaufrette, cuando se los rellenaba con crema o chocolate.  Los conos de los helados derivan de allí.

En siglo XIII un herrero diseñó un molde de hierro que imitaba la estructura de las colmenas de abejas. Se vendían los gofres en la calle y en las puertas de las iglesias. Sustituían al pan. En el siglo XVIII los bienestantes le añadían miel, huevos y leche, también azúcar, canela, vainilla, y así se ha seguido innovando a partir de esta receta base.

De la mano de Thomas Jefferson, llegaron los gofres a Francia

Brueguel. Gofres en la taberna. Siglo XVII

Brueguel. Gofres en la taberna. Siglo XVII

Los belgas suelen decir que los gofres se comen de maneras diferentes. La más auténtica, el gofre sólo o con azúcar espolvoreada. La de los golosos, el gofre con chocolate. Y la de los turistas, el gofre con lo que se te ocurra, nata, chocolate, fresas, plátano, helado. Los gofres llegaron a Europa de Estados Unidos, a bordo del Myflower. Los emigrantes venían con la receta holandesa, llamada wafel. Y aunque no se crea, Thomas Jefferson, el tercer presidente de Estados Unidos, promotor del republicanismo, y uno de los hacedores de la Constitución americana, en 1789 trajo de Francia la primera plancha de gofres a América. Maurice Vermersch, un belga, la puso de moda en la Exposición Universal de Bruselas en 1960, las servía con nata, chocolate o sirope, y tanto fue su éxito que se trasladó a Nueva York cuatro años más tarde, y de allí viene el nombre de gofre belga.También se toman muy en serio este manjar culinario, y suelen tener siempre en casa su máquina de hacer gofres. Una vez al año, en noviembre, es costumbre reunirse con la familia y amigos para preparar y degustar decenas de gofres.

Las Nike y los gofres

Suela de Bill Bowerman

Suela de Bill Bowerman

Pero esto les va a sorprender: ¿ A quién se le puede ocurrir que a partir de una máquina de hacer gofres- nacería una revolución en el mundo de las zapatillas deportivas? A Bill Bowerman sí.Era domingo, mientras su mujer le hacía un gofre, él observaba y se iluminó. Aunque la gofrera de la mujer no sirvió más. Le puso caucho, y el resultado superó sus expectativas.  Obtuvo una suela con forma de rejilla, con salientes (tacos). Era ligera, amortiguaba los rebotes, y tenía mucha tracción. Los grandes inventos surgen muchas veces sin quererlo. El atleta Steve Prefontaine al verlas dijo: «Quiero un par ya, luego de probarlas. Así nació su propia empresa junto a Phillip Knight. Le pusieron el nombre de la diosa de la victoria, Nike. Y cómo se llamó el modelo: Waffle. Y Nike no paró de crecer. Bendita gofrera.

En el mundo de los gofres hay variedades, aquí te podrás enterar de las más conocidas.

Gofre  belga. Se sirve caliente acompañado de diversas cremas, salsas, frutas, dulces o helado en puestos callejeros de Europa. Es una galleta suave pero crujiente a la vez debido a que se añade levadura y claras a punto de nieve.

Gofre de Lieja. Es más reducido de tamaño, dulce y espeso  que el waffle belga.  Está  recubierto por una capa de caramelo o sirope de sabores. Dice la leyenda que en el siglo XVIII lo hizo el cocinero del Príncipe de Lieja, a pedido del príncipe de Lieja,  que quería que tuviera azúcar perlado. Este waffle se popularizó en toda Bélgica.

 Waffles norteamericanos. Se consumen tanto dulces como salados, su masa contiene levadura en polvo, siendo más densos y finos que los belgas. Llegaron hacia 1620 por los colonos holandeses. En 1789, Thomas Jefferson regresaba de Francia con la que sería la primera plancha de gofres de América, con la típica cuadrícula y se establecieron los waffle frolics o festivales que se dieron posteriormente tan populares en el siglo XVIII. Su variación son los waffles de Virginia que se elaboran con harina de arroz o maíz.

Waffles Ingleses. Son elaborados con patatas, aceite y salsas por lo que le llaman “potato waffle” sirviendo como plato de acompañamiento o snack.

Waffles Hong Kong. «Pastel de rejilla» , se sirven como snack caliente en puestos callejeros, son mas ligeros, grandes y divididos en cuatro cuartos, untándolos de mantequilla, mantequilla de maní, azúcar, que luego se doblan en semicírculos, tienen aromas pronunciados a yema de huevo u otros sabores y a veces se pueden encontrar con diferentes colores.

Stroopwaffel. Galletas gofre de sirope de 8cm de diámetro, delgadas y rellenas de caramelo con sabores, lo cual lo hace ver como un sándwich. Se hicieron por primera vez en Gouda en 1784, cuando un panadero hizo una galleta con todos los sobrantes de las migajas y especias y lo rellenó con jarabe de caramelo; primero fue el dulce de los pobres, ahora acompaña el té, chocolate o el café en Holanda.

IMG_4150Sería mucha pretensión, dice el horchatero centenario, que nuestros gofres pueden sumarse a la lista de los consagrados. Pero cuando vengas él te recomienda un gofre con fresas y chocolate, o el que tiene una bola de helado, mermelada de fresas, fresas y chocolate. Es verdad, todavía no alcanzaron la fama, pero son artesanos, riquísimos, y hechos en el momento. Te van a gustar, seguro.