No te lo vas a creer, vas a decir que es una exageración de fanáticos horchateros, pero palabra de Tío Che que esto es verdad: la última semana de octubre se celebra el día de la Virgen de la Huerta, la Virgen de los horchateros. Y en su honor y veneración el padre León redactó en las fiestas de 1987, cuando la imagen vio la luz, unos gozos. Los goigs (del catalán; ‘gozos’) son composiciones poéticas de carácter popular, que se cantan a la Virgen María, a Cristo o a los santos. Se cantan en colectivo en el marco de un acto religioso de cierto relevo, como por ejemplo una misa de fiesta mayor, un encuentro religioso, una procesión… Su finalidad consiste en dar gracias por los bienes recibidos, o bien como plegaria para pedir la salud física o espiritual de la comunidad. Y así es como ha surgido el gozo a la Virgen de la Huerta, la nuestra, la horchatera, la que cuida los campos de chufas, las buenas siembras y las recolecciones, y a los horchateros como nosotros que cada día celebramos las chufas en el obrador.
“La bendición demanem
Tots els alborayers
I el gremi dels horchaters
A vos, Mare, encomanem.
I pel mon, en general,
Eixa pau que a tots importa,
Santa Maria de l’Horta
Sigau sempre nostre aval”
La historia comenzó cuando en 1982 se constituyó en Alboraya el Gremio de Horchateros con 18 miembros, 16 de los cuales eran locales, 1 de Valencia y 1 del Cabanyal. Su intención fue asegurar la calidad del producto y entre ellos hacer circular como bien supremo el respeto y ser más buenos que la horchata. Como la palabra vale pero escrita mucho más, decidieron crear una legislación sanitaria que mantuviera estables los porcentajes de grasa, almidones y azúcar. La horchata es cosa seria y se merece protección. Así fue que en 1990 el Consejo de Ministros de Estado aprobó el decreto de la Denominación de Origen, genérica y específica de la chufa y la horchata. Es desde entonces que nosotros, horchateros de ley, insistimos en poner por delante de nuestro producto la Denominación de Origen Alboraya, porque nuestras horchatas son el centro de cada día, y de allí su inconfundible sabor.
Así como hay Denominación de Origen del aceite, del vino de los quesos, del jamón, de los espárragos y de otros productos, también hay la hay para las chufas y no daba para menos. Era tal la devoción, porque esto de la chufa es de followers, pero no desde ahora, sino desde Egipto, o tal vez antes que una vez tomada la decisión llamaron al imaginero Manuel Biot, y le pidieron la construcción de la Virgen del huerto, y la nombraron patrona de los horchateros y ole!
Y es así como se celebra el Día de la horchata, donde no queda nadie fuera de la fiesta y cada uno brinda con su vasito de la susodicha octava maravilla del mundo, para que se mantenga viva la producción de chufas, que ningún productor deba dejar su lugar, y el culto a la bebida que cada día va haciendo mas seguidores. Porque convengamos que su prestigio, bien ganado, ha traspasado los límites del pequeño gran pueblo, y ya no sólo deleita paladares, sino que es un compendio de todas las cosas buenas que puede llegar a tener un alimento. Tal es su prestigio que se lo considera un superalimento.
En octubre, la última semana, no olvidéis de agradecer a la santa Patrona de los horchateros, y pedirle que nunca os falte un buen vaso de la refrescante y vivificante, y única horchata. Y que sea de Alboraya.
Adaptación de La horchata, historia y arte de la chufa valenciana,
Carles Recio Alfaro, José Luis Palau Marías.