Los rusos aman el helado más que a la primavera, si no cómo se explica que sean unos de los principales consumidores de helado del mundo. No hay excusas ni cuando se les hielan las manos hasta no sentirlas.

En tiempos del Soviet se decía que los turistas viajaban al país por tres razones: para ver ballet, visitar el circo y comer helado. No sabemos  si hay algo de verdad en esta leyenda, pero el helado soviético sí que valía la pena. Exportan cientos de toneladas y tan fanáticos son que en un G20 Putin llevó como regalo una caja de helado al presidente Xi Jinping de China. Mira si se rompía la cadena de frío… Cuando eran Unión Soviética las normas de calidad eran estrictas, y los helados sólo podían tener ingredientes naturales, según la fuente Emol, tal vez ese fue un motivo de su buena prensa.

EN NOVOSIBIRSK, SIBERIA, HAY 300 KIOSKOS DE HELADO

En Novosibirsk, la capital no oficial de Siberia ni casito a los 25 ° bajo cero: Si 300 kioskos venden helado, será por alguien los compra. Hasta el punto que la empresa Inmarko, hoy Unilever, es el principal productor de toda Rusia. El dueño de la feliz idea fue un joven que hacía cola en una tienda, como en nuestra horchatería, sólo que cuando llegó su tanda no había más helado. Allí, en pleno invierno de 1992, tuvo la genial idea de ponerse a fabricar helados. Y hoy es un famoso. Novosibirsk, Inmarko. Recuerda estos nombres. Ofrecen helado con pimienta negra, helado con pescado y uno llamado Vampiro, que viene con una estaca de madera de álamo, el arma destructora de vampiros.

Los rusos de todas las ciudades adoran el helado, hay heladerías por todos lados, y en invierno parecería que el helado es un habito a juzgar por las cifras. Nada de conitos tradicionales, sino mezclas bastante poco convincentes como en Stoyn Ice Cream donde sirven desde 2011 helados con caras de personajes famosos: uno de chicle de frutilla que se llama Marilyn Monroe. (menos mal que no nos ves la cara de espanto) o un Che Guevara de chocolate y ron. De la misma forma, esta pareja fundadora y propietaria ya proyecta una nueva línea inspirada en personajes de terror. “Depredador”, “Chucky” y “Jason” son algunos de quienes dirán presente, con mezclas de sabores tan particulares como pay de queso, mix manzana-zanahoria o melón-apio.

Tantas vueltas han dado al mundo del helado que hasta han creado un helado machista. El FCKN Kraken, “negro, brutal y supermasculino” solo para hombres. Hacen firmar un contrato donde los clientes aseguran ser hombres y atenerse a las consecuencias del helado, esto último parece que es coña. El heladito machista en cuestión tiene chocolate amargo y un 5% de ron. Y como te podrás imaginar ya hay denuncias y reclamos. Una clienta que fue excluida de su derecho al consumo presentó una denuncia a la Fiscalía de Moscú, porque de acuerdo al código civil está prohibido negarse a vender un producto por cuestiones de género, y lo bien que hacen.

Algunos nostálgicos recuerdan los helados comunistas: El Plombir, cien por cien natural, sin ningún tipo de aditivos. Según los productores 250 gramos eran suficientes para una familia, pero quién adora el helado sabe que son cuentos. Le agregaban chocolate, mermelada, y así iban haciendo.

Otro tipo de helado era el Eskimo, crema, recubierta con chocolate y una paleta de madera. En los años 70 apareció el Lákomka. Un tubo de nata helada baja en grasas que enloquecía a los niños. Pero si hubo uno que se ponía todas las medallas era el helado de piña, de sabor dudoso, pero amarillo pollito. El anciano horchatero se muere muerto, él que sabe que los helados artesanos son de colores pastel muy tenues, él que detesta los pitufos en todas sus versiones. El que se desvive por los sabores naturales. Él que es un clásico.

Pero quienes saben dicen que el helado del centro comercial Gum, cerca de la Plaza Roja de Moscu era icónico. Una cuchara redonda especial sostenía una bola sabor a flan, a chocolate o a crema, servida sobre un cucurucho. Los turistas no lo dejaban pasar.

En 1977, apareció el helado llamado Borodinó. un glaseado d a base de mantequilla y sirope de crema quemada. El cilindro se envolvía en papel de aluminio o papel, que tenía imágenes de cañones en recuerdo de la batalla de Borodinó de 1812.

El helado da para todo, en la ciudad rusa de Yaroslavl se le da helado a los osos Umka y Toptizhka, hecho en base de capas de frutas y pescado.  Se ha convertido en el plato favorito de los osos que deben hacer frente a veranos de 30 grados. “Para cada oso se prepara en una cacerola de 20 litros durante una semana, cada día se añade una capa de ingredientes: leche de cabra con fruta, luego almíbar de bayas, luego leche de nuevo, luego pescado. Rascan el hielo con las garras, sacan todo, para ellos es también un juego emocionante”, explicó la directora del Zoo.

El horchatero cae en la cuenta de porque los turistas y vecinos rusos son parte de nuestra variopinta fila de fans heladeros de la horchatería. Mira de las cosas que uno se entera. Por eso le fascina estar en su árbol de la esquina.