-“No nos alcanzaba el cuerpo de niños pequeños para llevar tanta madera”, recuerda Teresa de la centenaria horchatería. –“En Poble Nou, hace cuarenta años, se hacían varias fogatas, una era en la calle Marruecos Diagonal, entre Bilbao y Castilla, muy cerca de la horchatería, y durante semanas buscábamos en todas las casas muebles viejos, ramas de árbol secas y maderas en las fábricas. Parecíamos hormigas en una carrera loca por llegar hasta el cielo y más con nuestra carga. La fogata era de todos y no podíamos fallar”. Sant Joan es Sant Joan, no tiene más definición que su propia magia.Era tanta la madera como los deseos de ver cómo se enarbolaba la llama hasta alcanzar las nubes e iluminar por un día aquellas calles de ese barrio tan gris como trabajador. “-En esos tiempos, igual que ahora, los padres y hermanos mayores nos acompañaban para encender la parafernalia”. Muertos de miedo cerraban los ojos pero estaban allí, protagonistas del estruendo y la alegría. En Sant Joan antes como ahora nadie se queda en casa, la noche es corta y no alcanza para vivirla toda. cialis online Hay que cumplir con todos los deseos. Al fin llega y tan pronto nos deja. La primavera ha representado desde muy antiguo un tiempo de esplendor desde medios de marzo hasta finales de junio, de fuego a fuego, de hoguera a hoguera, de Sant Josep a San Juan. Y el fuego siempre ha sido un símbolo de la civilización para acompañar los rituales de
la vida y también los de la muerte. Los primitivos pobladores europeos y mediterráneos veneraban las fuerzas de la natura, el sol y el fuego, mediante cultos y celebraciones. Una de estas celebraciones es la tradición de las hogueras de la noche de Sant Joan. Catalunya es el único pueblo que la ha conservado de manera conjunta. La comunidad catalana ha transformado esas celebraciones prehistóricas en las fogatas nuestras. Desde siglos atrás se ha celebrado esta diada, la vetlla, la matinada y el día de Sant Joan desde las tierras de Aragón hasta las islas Baleares y Pitiusas. Los nombres de los fuegos de Sant Joan según las épocas se llamaron de generic viagra vs kamagra diferentes modos, fallas, fuegos, hogueras, llamaradas, fogueradas, festers, entre otras. Esta diada ha dado origen a un gran número de prácticas y creencias mágicas que toman vigencia la noche y la mañana de Sant Joan. Algunas vienen de antiguas supersticiones, otras en cambio, son posteriores a la cristianización de la fiesta. Algunas son el uso de unas hierbas determinadas, unas danzas y canciones, buy clomid unas levitra generico online sicuro prácticas hechas en fuego, o frente a las cenizas, peticiones y designios, invocaciones y conjuros, el uso de un agua determinada, manjares como cocas y otros dulces, vinos y licores, ofrendas, y otras ceremonias profanas y religiosas, como procesiones, comparsas y oraciones. También las hogueras tienen las más diversas formas. Los fuegos sobrevivieron a los romanos, pero en el año 500 se prohibieron definitivamente las fiestas, durante el concilio de Constantinopla por ser consideradas supersticiones paganas. El pueblo, no obstante tiene el fuego en el alma y va a continuar expresándolo en sus hogueras, aunque la fiesta se cristianiza. Los sarracenos no vieron mal que se practicasen las costumbres populares por lo cual las hogueras siguieron vivas. Durante la edad media el fuego continúa entre la pagesía, en las villas y ciudades, y sus grandes impulsores fueron los gremios. Unos siglos más tarde con la incorporación de Catalunya Nord, antiguos condados del Rosselló y la Cerdanya al estado francés, los fuegos de Sant Joan son símbolo de identidad catalana que se han mantenido vivos hasta ahora. La ocupación del resto de países catalanes por las tropas franco-castellanas de Felipe V comporta junto a la absolución del autogobierno, la prohibición del uso público de la lengua, la marginación de todas las tradiciones, y una de ellas fue la prohibición de Sant Joan, pero aún las fogatas siguen encendidas. En 1761 se autorizan las fiestas, y en 1885 Mossèn Cinto Verdaguer enaltece los fuegos en su poema Canigó. También los hacen otros poetas como Maragall, Girbal i Jaume, Duran i Tortajada, Garcés. En 1933 excursionistas, estudiantes, y otros ciudadanos dan un sentido de comunidad a los fuegos y encienden fogatas en todas las villas de las montañas más kamagra gel cijena importantes. De unos años a esta parte revivimos nuestras tradiciones y Sant Joan vuelve a ser la noche de fuego y misterio que siempre fue. Esta noche como todas las noches más cortas del año dejamos en el fuego nuestros pesares e inspiramos el esplendor del verano recién nacido. En Poblenou los niños siguen recogiendo la leña y los muebles viejos, además, esta noche hay algo en sus miradas. Un brillo que delata encantamientos y por él cada año, cuando comienzan los helados y las horchatas, preguntarán a sus padres cuántos días faltan para la hoguera.